Dios llama a los ocupados Mateo 9: 37, 38

“Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies”


“Soy una persona muy ocupada por eso no puedo servirle a Dios”, esa es la frase que muchos hemos escuchado en momento determinado. Hay muchas personas que creen que por ser ocupadas no pueden servirle al Señor.

Pero, ¿Será que una persona ocupada no pueda servirle al Señor?, examinemos algunos casos en la Biblia:

Pedro y Andrés discípulos de Jesús:
“Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron”. (Mateo 14:18-20)

¿Qué hacían estos dos hermanos?, Echaban la red en el mar, porque eran pescadores, ¿Eran desocupados? Definitivamente NO, eran trabajadores, es mas en el momento de su llamado estaban trabajando, entonces ¿Será que Dios llama a ocupados?, juzga tu mismo, leyendo esta historia bíblica.

¿Quiénes llegaron a ser estos dos?, llegaron a ser grandes hombres que compartieron el evangelio con muchas partes del mundo hasta entonces conocido. Pedro fue un sobresaliente y podemos leer de sus historias en el Libro de los Hechos, así como también escribió epístolas que ahora podemos leer. ¿Qué hubiera pasado si estos dos hubieran puesto de excusa que eran ocupados y que por eso no le podían seguir?, definitivamente se hubieran perdido de las bendiciones que hoy conocemos por medio de ellos.

Jacobo y Juan el discípulo amado:
“Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron” (Mateo 4: 21, 22)

¿Qué hacían estos dos hombres?, remendaban sus redes junto a su padre. ¿Estaban desocupados?, definitivamente NO, también trabajaban y con su padre, pero al escuchar el llamado del Señor se unieron a su causa, no por ser desocupados, sino por la obediencia a su llamado.

Estos dos hombres fueron otros que hicieron historia, Jacobo como Pastor de una de las primeras Iglesias Cristianas y Juan como el discípulo amado escribiendo algunas epístolas que sin duda han bendecido nuestra vida.

Leví o Mateo, el recaudador de impuesto
“Después de estas cosas salió, y vio a un publicano llamado Leví, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y dejándolo todo, se levantó y le siguió.” (Lucas 5: 27, 28)

¿Qué hacia Mateo?, recaudaba impuesto, ¿Era un desocupado?, definitivamente NO, estaba trabajando cuando fue llamado por Dios y obedeció el llamado. Hoy en día podemos gozar de uno de los evangelios escrito por este hombre que a pesar de ser un ocupado, no le fue obstáculo para seguirlo y servirle a tal punto de que fue usado en gran manera.

Puedo citar muchos más ejemplos de personas ocupadas que Dios llamado, un Moisés, un Abraham, un David, un Pablo, y así la lista podría ser muy larga.

Todos estos personajes comparten algo en común: Eran personas ocupadas, pero que se decidieron por servir al Señor y ahora están en la historia de la vida cristiana como hombres y mujeres que no importando los obstáculos dedicaron su vida a hacer la voluntad del Señor.

¿Cuánto mas seguirás poniendo de excusa tu corto tiempo?, ¿Tu trabajo?, ¿Tu familia?, ¿Qué otra excusa mas pondrás para decir que no tienes tiempo para servir?

Es hora que nos levantemos como un pueblo SERVIDOR que sin poner excusas de tiempo, nos decidamos a SERVIR y AGRADAR A DIOS. Veras que al decidirte a servir al Señor experimentaras de enormes bendiciones que están destinadas a aquellos que hacen su voluntad.


Dios llama a ocupados, ¿Estas dispuesto a aceptar su llamado?


Enrique Monterroza

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El amor protector de una Madre 1 Reyes 3:26


“Entonces la mujer de quien era el hijo vivo, habló al rey (porque sus entrañas se le conmovieron por su hijo), y dijo: ¡Ah, señor mío! dad a ésta el niño vivo, y no lo matéis. Mas la otra dijo: Ni a mí ni a ti; partidlo”.


Era un episodio tenso que pondría a prueba la sabiduría de Salomón, dos mujeres habían tenido hijo cada una, con tres días de diferencia, una de ellas no tuvo cuidado y durmiendo con el bebe se acostó sobre el y lo mato (v.19), esta rápidamente cambio su hijo muerto por el hijo vivo de la otra mujer. Al despertar en la mañana la mujer de quien era el hijo que estaba vivo se dio cuenta que el niño muerto no era su hijo, cosa que la otra mujer responsable de la muerte no quiso aceptar, por ello fueron llevadas delante de Salomón para que fungiera como juez de esta disputa.

Salomón escucho la defensa de la verdadera madre, pero la impostora no daba su brazo a torcer y peleaba por la potestad del niño vivo el cual no era su hijo. Salomón lleno de sabiduría mando a traer una espada (v. 24) y para solucionar dicho problema mando a que partiesen el niño en dos para dar una parte a cada madre (v.25).

Es allí, en esos momentos de peligro para un hijo en donde una verdadera madre se deja ver. Es que la verdad es que una madre tiene un amor único para nosotros los hijos, ellas están dispuestas a todo por amor a nosotros, cosa que muchas veces no vemos y si lo vemos no le damos importancia.

Cada uno de nosotros tenemos una madre la cual Dios nos ha querido dar, algunos hemos tenido la bendición de tenerla a nuestro lado, quizá otros no han tenido ese privilegio, pero igual, Dios cubre ese vacío con su amor eterno hacia nosotros.

El episodio que acá se estaba dando era propicio para ver hasta donde una madre permitiría que su hijo sufriera un percance. Me llama la atención el versículo 26, mas que todo la parte que dice: “sus entrañas se le conmovieron por su hijo”.

Esa mujer no pudo resistir el hecho de pensar que su hijo podía morir, prefirió dejar que la otra mujer impostora tomara potestad de su hijo, antes de verlo muerto, fue ahí en donde Salomón descubrió a la verdadera madre, el amor por su hijo la delato.
Definitivamente una madre no puede ver sufrir a su hijo y quedarse como que si nada, ver a un hijo sufrir es como sufrir por si misma y es porque Dios ha dotado a las madres con un amor que se asemeja a su amor por nosotros, claro esta que el amor de Dios sobrepasa todo entendimiento, pero personalmente pienso que el amor de una madre es el que mas se asemeja al amor que Dios tiene por nosotros.

Una madre esta dispuesta a quitarse el bocado de la boca por dárselo a su hijo, una madre esta dispuesta a cubrir a su hijo del frío aun cuando ella se este muriendo de frío, una madre esta dispuesta a correr kilómetros completos para llevar a su hijo a un hospital.

Recuerdo cuando yo tenia 7 años, ese día estábamos todos los niños de la cuadra jugando de noche, yo era el mas pequeño de entre ellos, habían algunos que me doblaban la edad, mis dos hermanos mayores jugaban también, eras aproximadamente unos 20 niños jugado en la noche, corriendo por toda la cuadra, el famoso juego de mi tiempo de niñez llamado en mi país con el nombre de: “guilio”.

Recuerdo que por ser el mas pequeño en ese entonces me seguían a mi para atraparme, yo corría rápido, pero en esa ocasión me pare sobre una pequeña piedra, me deslice y caí con mi frente sobre el filo de la acera de una casa. El golpe me dolió, al levantarme note que sentía mojada mi frente, al tocarme con mi mano y luego vérmela ví como había mucha sangre y comencé a llorar a gritos, recuerdo que mi mama salio a ver porque lloraba y cuando me vio sangrando de mi frente me tomo y a como pudo salio corriendo conmigo hacia el hospital que estaba al otro lado de mi ciudad, no teníamos vehiculo en ese entonces, solo recuerdo que me tomo en sus brazos y sin importar nada salio corriendo mientras me decía que todo iba a estar bien. Sinceramente me sentí seguro con sus palabras. Ese día me dieron 7 puntadas en mi frente que nunca voy a olvidar y que todavía se me notan. Nunca olvidare ese detalle que mi mama tuvo conmigo que no le importo tomarme en sus brazos, correr y atravesarse toda la ciudad para llevarme al hospital.

Así son las mamas, tan especiales, todos tenemos algo que contar de nuestras madres, lastimosamente muchos de nosotros no nos damos cuenta que unos de los mandamientos con promesa es el hecho de honrar a nuestra madre (Efesios 6: 2, 3).

Amados hermanos, si bien es cierto hay un día específico para celebrar a nuestras madres, pero nosotros como hijos de Dios obedientes a su Palabra tenemos que honrar a nuestro padre y madre cada día de su existencia, puesto que de esta manera nuestros días se alargaran y estaremos haciendo la voluntad de Dios.


Las madres son un regalo de Dios, amémoslas, comprendámoslas, valorémoslas, bendigámoslas y sobre todo aprendamos a disfrutar de su amor incomparable.


Enrique Monterroza

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